Las causas del acné son muy variadas, influyen los cambios hormonales o la alimentación. No obstante, en verano con el calor sudamos más, y si usamos cremas densas (como los protectores solares) es muy fácil que se obstruya el poro y acumule sudor y suciedad.
Por supuesto, el uso de protector solar en verano es obligatorio, así que las recomendaciones son tener una rutina de limpieza facial para eliminar al final del día los restos de crema protectora y suciedad que se pueda acumular a lo largo del día en la piel y utilizar cosméticos no grasos.
La alimentación también tiene algo que decir en estos casos de acné veraniego, y es que en verano es fácil cambiar hábitos y alimentarnos peor. En especial evita o limita los alimentos azucarados, ya que provocan una liberación de insulina, que a su vez aumentan la producción de grasa de las glándulas sebáceas.
Mejor, como ya sabemos, optar por una alimentación en la que abunden las frutas, verduras y hortalizas de temporada.